Cátedra de la Paz

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Hagamos la Paz en paz

miércoles, 2 de julio de 2025

Arreglos de los parques y canchas en Los Curos

 

La alegría volvió a correr por los parques y canchas de Los Curos en mayo de 2025, cuando junto al asfaltado de la avenida principal, se iniciaron las obras de recuperación y embellecimiento de los espacios recreativos de esta populosa comunidad merideña.

Durante años, los parques de los distintos sectores habían estado sumidos en el deterioro: columpios oxidados, cercas dañadas, bancos quebrados y canchas deportivas despintadas y sin iluminación. Pero con la llegada del nuevo gobernador del estado Mérida, Arnaldo Sánchez, y cumpliendo su promesa de atender las necesidades reales de su antigua parroquia, comenzó una transformación que ya se deja ver y sentir en el corazón de la comunidad.

Simultáneamente con las labores de pavimentación de la arteria vial que conecta toda la parroquia, cuadrillas del gobierno regional se desplegaron para atender los parques infantiles, muchos de ellos ubicados cerca de las escuelas y urbanizaciones como la parte baja y media de Los Curos.

Los trabajos incluyeron la reparación de cercas, la instalación de nuevos columpios y sube y bajas, el pintado de bancos, la colocación de plantas ornamentales y el embellecimiento con murales coloridos y frases de aliento. En cada parque se restauró el área de juegos con colores vivos y señalización apropiada para el disfrute seguro de los más pequeños.

Gabriela, de 9 años, sonriente mientras se columpiaba junto a sus amigos, expresó con entusiasmo: Ahora sí me gusta venir todos los días. Antes me daba miedo porque los columpios estaban viejos y rotos, pero ahora están como nuevos. ¡Pintaron hasta las flores en las paredes!

A su lado, Daniel, de 10 años, que jugaba fútbol con una pelota nueva, dijo mientras sudaba alegría: Lo mejor fue que pintaron la cancha donde jugamos y pusieron una frase que dice “Gente que resuelve”. ¡Es verdad! Porque arreglaron todo lo que estaba feo desde hace tiempo.

Las canchas deportivas, otro de los espacios vitales para la recreación y el encuentro comunitario, también fueron intervenidas. Se repararon sus pisos con pintura multicolor, se marcaron correctamente sus líneas de juego, se colocaron tableros de baloncesto nuevos y mallas para fútbol y voleibol.

En cada una, al terminar los trabajos, fue colocado un mensaje visible: Arnaldo Sánchez, Gobernador de Mérida – Gente que resuelve…”, como sello de gestión visible y recordatorio del cumplimiento de su promesa electoral con el pueblo que lo vio crecer.

Doña Marina, de 67 años, vecina de la parte baja de Los Curos, emocionada mientras veía jugar a sus nietos, expresó con sinceridad: Uno creía que nadie se iba a acordar de estos parques. Llevaban años sin arreglar, pero ahora sí se puede venir a pasar la tarde, sentarse en los bancos sin miedo a que se partan. Estoy contenta y agradecida.

De igual manera, don Eliseo, de 72 años, habitual caminante de las mañanas por la avenida principal, dijo mientras observaba los jardines recién sembrados: Cuando uno ve estas cosas bien hechas, le dan ganas de seguir cuidando. Es como si le lavaran la cara a Los Curos. Yo camino mejor ahora, con menos huecos y más alegría por los chamos que otra vez juegan como antes.

Estos arreglos no solo embellecieron los espacios, sino que reactivaron la vida comunitaria en torno al juego, la convivencia, la práctica deportiva y el encuentro intergeneracional. La comunidad volvió a apropiarse de sus parques y canchas, no solo como lugares para distraerse, sino como espacios seguros, limpios y dignos.

Los Curos, territorio de luchas, sueños y esperanza, vuelven a respirar colores y risas, demostrando que cuando se gobierna con sentido de pertenencia y acción efectiva, la transformación es posible.

La gente ahora mira con ilusión la posibilidad de que otros espacios también sean atendidos, manteniendo viva la consigna que pintaron en los muros y que ya se escucha en cada rincón: “Gente que resuelve… y que cumple con su palabra”. Ciberpaz/conIA

 


martes, 1 de julio de 2025

La vocación muralista de la gente de Los Curos.

 

Los Curos, parroquia popular y vibrante ubicada en la parroquia civil Osuna Rodríguez del municipio Libertador del estado Mérida, ha sido, por décadas, un verdadero semillero de expresiones juveniles, culturales y comunitarias.

Entre esas manifestaciones, destaca con fuerza su profunda vocación muralista, una tradición que ha dejado huellas de colores, consignas, sueños y luchas plasmadas en las paredes que bordean esta comunidad andina.

En especial, las paredes de la Industria GAMA, justo en la entrada a Los Curos, han sido desde hace más de cuarenta años el lienzo urbano preferido de generaciones de jóvenes, convirtiéndose en referencia viva del arte comunitario en Mérida.

Durante los años ochenta, fue el Movimiento Juvenil ANCLA quien se apropió de esos muros, transformando la grisura del concreto en un espejo de esperanzas juveniles. Pintaban murales con mensajes de vida, fe, denuncia y participación. Así como también lo hacían en otras paredes de sectores como la parte Alta, Media o Negro Primero.

En esos años, el muralismo era más que una expresión artística: era una toma simbólica del espacio público, una forma de decir “aquí estamos” y una herramienta para educar desde el color. Cada mural se gestaba en colectivo, con brochas prestadas, pintura conseguida con esfuerzo y mucha pasión.

A partir de los años noventa, esta tradición fue retomada con fuerza por la Asociación Civil Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar Arnulfo Romero, que junto a diversos grupos juveniles organizados entre 1990 y 2000 —como la Coordinadora de Grupos, Soldedi, EGUM, Grupo de Montañismo de Los Curos, CERCUS, los grupos religiosos, entre otros— hizo de los murales no solo una expresión cultural, sino un acto pedagógico y político en el mejor sentido: educar para la paz, visibilizar los derechos humanos y sembrar conciencia crítica en la comunidad. Los murales se realizaban con jornadas colectivas que incluían conversatorios, limpieza de espacios y festivales barriales.

Walter Trejo Urquiola, actual coordinador general de la Cátedra de la Paz, recuerda con especial claridad una experiencia de 1989. En medio de una jornada muralista en las paredes de GAMA, dirigentes políticos locales de entonces intentaron obligarlos a detener la pintura para colocar propaganda partidista. Al negarse a ceder ese espacio, tradicionalmente ocupado por los jóvenes de la comunidad, fueron amenazados verbalmente, generando tensión y preocupación.

Sin embargo, la comunidad respaldó a los muralistas, y el hecho fue reseñado por el Diario Frontera, lo que permitió visibilizar el conflicto y reafirmar la legitimidad de ese muro como espacio juvenil y comunitario. Ese incidente fortaleció el compromiso de los jóvenes, quienes comprendieron que pintar murales era también un acto de resistencia y dignidad.

Con la llegada del nuevo milenio, y ya entrada la década del 2000, las circunstancias comenzaron a cambiar. Los altos costos de la pintura, la falta de apoyo gubernamental sostenido a estas expresiones artísticas comunitarias, y la transformación de las dinámicas juveniles en Los Curos hicieron que muchos de esos grupos se disolvieran o cambiaran de rumbo.

Fue entonces cuando las organizaciones comunales comenzaron a hacer uso del mismo muro, esta vez para plasmar mensajes alusivos a las misiones sociales impulsadas por el gobierno nacional y consignas de la denominada Revolución Bonita. Así, los murales pasaron de ser lienzos juveniles independientes a convertirse en espacios de comunicación política con el proceso bolivariano.

Sin embargo, más allá de los cambios de contenido o de manos que han pintado los murales, la vocación muralista sigue viva en la memoria colectiva de Los Curos.

Esa pared de GAMA, testigo silente de las luchas, alegrías y visiones de comunidad, continúa siendo un símbolo de identidad. Para muchos, recuperar esa vocación muralista juvenil, con apoyo institucional y comunitario, es una deuda pendiente.

Porque Los Curos no solo se cuenta con palabras, sino también con colores, pinceles y murales que han hecho de sus calles una galería de luchas compartidas. Ciberpaz/conIA