La devoción a la Virgen del Carmen es una de las expresiones
religiosas más profundas y arraigadas del pueblo venezolano, y en Los Curos,
parroquia Osuna Rodríguez del municipio Libertador del estado Mérida (Venezuela),
esta tradición ha cobrado una fuerza especial gracias a la fe y organización de
los transportistas que, año tras año, se convierten en protagonistas de una de
las celebraciones más sentidas por la comunidad: la fiesta en honor a su
patrona, la Virgen del Carmen.
Una celebración que une al pueblo
Cada 16 de julio, desde muy temprano en la mañana, el aire
de Los Curos se llena de un ambiente de fiesta, esperanza y espiritualidad.
En las calles comienza a sentirse la emoción de lo que ya se
ha convertido en una tradición emblemática de este sector popular merideño. La
jornada inicia con la caravana de los
transportistas —choferes de busetas, taxis y mototaxis— quienes recorren
las calles de Los Curos con sus unidades engalanadas de globos blancos y
amarillos, colores que representan la pureza y la luz divina.
Esta caravana no es solo un desfile de vehículos, es un acto
de fe sobre ruedas. Los conductores, muchos de ellos herederos de esta
tradición que inició hace más de dos décadas, hacen sonar sus cornetas no como
gesto de tráfico, sino como señal de júbilo, como plegaria al cielo para pedir
a la Virgen su protección en cada jornada de trabajo, en cada ruta cargada de
pasajeros, en cada regreso al hogar.
La caravana, a su paso, contagia de alegría a toda la comunidad.
Desde las aceras, ventanas y esquinas, vecinos saludan, las bocinas suenan o
simplemente observan con admiración el fervor popular de quienes han convertido
el volante en un altar de devoción. Es una celebración de pueblo, hecha desde
el corazón de su gente trabajadora.
Misa solemne: el alma de la
festividad
El momento central de la jornada llega con la misa solemne en honor a la Virgen del Carmen,
organizada y promovida por las diferentes asociaciones de transporte del
sector.
En la Iglesia Corazón de María de Los Curos, según el año y
las condiciones, se congregan decenas de transportistas junto a sus familias,
así como vecinos y devotos que hacen vida en Los Curos.
La imagen de la Virgen, muchas veces colocada en un altar
especialmente decorado, preside la ceremonia. Durante la homilía, el sacerdote
suele resaltar el papel de los transportistas como trabajadores esenciales que
llevan la carga del día a día sobre ruedas, y eleva una oración por quienes han
perdido la vida en las vías, recordando que cada volante que se toma debe hacerse
con prudencia y encomendándose a Dios.
La misa no solo reafirma la fe de los presentes, sino que
también fortalece los lazos comunitarios. Es común que, al finalizar, los
choferes compartan un gesto de hermandad: un abrazo, una oración conjunta o incluso
una pequeña celebración con música criolla, café caliente y panes dulces
ofrecidos por vecinos colaboradores.
Orgullo curoseño
Esta tradición no solo embellece las calles del sector con
color y alegría, también alimenta el sentido de pertenencia y orgullo entre sus
habitantes.
Para muchos, ver pasar la caravana es rememorar a sus
padres, abuelos o hermanos que alguna vez fueron choferes o mototaxistas. Para
otros, es una muestra viva de que la fe sigue siendo motor y guía de la vida
comunitaria.
En un tiempo donde tantas expresiones culturales se pierden
o diluyen, la fiesta de la Virgen del Carmen en Los Curos se mantiene firme,
gracias a la voluntad colectiva de un pueblo que no se rinde.
La Asociación de Transporte de Los Curos, las cooperativas,
los grupos familiares y vecinos que cada año se suman, son los guardianes de
esta herencia viva que, más allá del culto religioso, expresa el alma misma de
Los Curos: trabajadora, solidaria y profundamente creyente.
Celebrar a la Virgen del Carmen no es solo una tradición; es
un acto de resistencia espiritual, de identidad cultural y de profundo amor por
el barrio y por la vida.
Desde el corazón de la Gente de Los Curos, esta celebración
se alza como un canto a la esperanza, un homenaje a quienes ruedan por las
calles llevando a cuestas la dignidad del trabajo y la fe de un pueblo que no
olvida de dónde viene ni hacia dónde va. Waltrejo/Ciberpaz/conIA
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