En la tarde del lunes 24 de junio, coincidiendo con la
celebración litúrgica del nacimiento de San Juan Bautista, la comunidad de la
parroquia Corazón de María en Los Curos vivió con profunda devoción y alegría
la sexta misa de la novena en
honor al Inmaculado Corazón de María,
patrona de esta parroquia confiada a los padres Claretianos y corazón
espiritual de este sector popular de la ciudad de Mérida.
La Eucaristía fue organizada con esmero por la Comisión de Justicia y Paz, un espacio
de articulación que reúne a laicos comprometidos y organizaciones comunitarias
como la Asociación Civil Cátedra de la
Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar Arnulfo Romero, quienes impulsan
desde la fe y la acción social una cultura de paz y esperanza en la zona.
La celebración inició con una monición de entrada a cargo de una integrante de la Comisión,
quien con palabras sencillas y sentidas, invitó a los fieles a prepararse
espiritualmente para este encuentro con Dios, motivando la participación activa
y consciente de la comunidad. Su mensaje destacó el valor de la oración, el
compromiso cristiano con la justicia, y el amor al prójimo como caminos
verdaderos para cultivar el corazón mariano de cada persona. En un templo lleno
de fieles, familias y niños, se percibía un ambiente de recogimiento y fervor
que contrastaba con la alegría popular que caracteriza al día de San Juan,
enriqueciendo así la dimensión espiritual de la jornada.
Las lecturas bíblicas
del día, centradas en el relato del nacimiento de San Juan y el papel de
su madre Isabel, tocaron con fuerza el corazón de los asistentes. El Evangelio
narró el momento en que Isabel, llena de fe y obediencia, nombra a su hijo como
Juan, en contra de lo esperado por su entorno. Esta historia permitió al
celebrante resaltar la importancia de la vocación, el valor de escuchar a Dios
y de asumir los desafíos de la vida con fidelidad y confianza. La homilía
profundizó en el testimonio de Juan como profeta, como voz que clama en el
desierto y como modelo de coherencia, invitando a la comunidad a ser luz y
esperanza en medio de las dificultades.
Durante la liturgia, Walter
Trejo Urquiola, representante de la Cátedra de la Paz, fue el encargado
de dar lectura a la oración del sexto
día de la novena al Inmaculado Corazón de María. Con voz pausada y
solemne, guió a los presentes en una súplica colectiva cargada de fe, esperanza
y gratitud por las bendiciones recibidas.
Esta oración mariana, cuidadosamente adaptada al espíritu de
la jornada, evocó a María como madre que cuida, acompaña y fortalece a su
pueblo en medio de las luchas cotidianas. Fue un momento de profunda
espiritualidad comunitaria, en el que las lágrimas, el silencio reverente y el
murmullo de las plegarias se fundieron en una sola voz.
La misa culminó con la bendición final del párroco, quien agradeció la presencia de todas
y todos los participantes, reconociendo especialmente el trabajo articulado de
la Comisión de Justicia y Paz, y de las organizaciones comunitarias presentes.
Antes de finalizar, hizo una invitación especial para
asistir al acto cultural que se
realizaría en honor a la Virgen, preparado con cariño por agrupaciones locales
como el Grupo de Danzas Andinas y los niños y niñas de la escuela de cuatro.
La sexta misa de la novena no solo fue un acto litúrgico,
sino un signo claro del compromiso de esta parroquia con la fe viva, la
organización comunitaria y la construcción de una paz arraigada en la justicia,
el arte y la espiritualidad mariana. Fue, sin duda, una jornada que quedará
grabada en los corazones de quienes participaron como un testimonio de que, aun
en tiempos difíciles, la esperanza florece cuando se cultiva desde el corazón.
Ciberpaz/conIA
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